
Santo Domingo, RD. Aunque el clerén y otras bebidas alcohólicas de fabricación casera se elaboran y consumen todo el año pese a su prohibición por las autoridades públicas, su alta demanda por parte de los dominicanos y los procesos para acelerar su fermentación, están provocando en la bebida unos efectos químicos que más que fermentarla, la están haciendo tóxica.